De turista a residente, de amar el verano a esperar el invierno con una ganas que jamás hubiese imaginado.
Con esa frase se podría resumir mi experiencia vital en Formentera, pero os voy a explicar un poco más.

Primero como turista: vine 4 días y 3 noches, en pleno agosto, cuando la isla está en su pleno apogeo (en todos los sentidos) y como extra, fueron los días de más calor y humedad del año, ¡premio!
Y sí, fue un premio estar aquí esos días, sólo en esos días, y con un planning meticulosamente organizado pudimos conocer y visitar todo lo que teníamos previsto.

Formentera es muy pequeña en extensión geográfica, pero es tan grande en todo lo demás que nunca te la acabarías.
Nosotros nos bebimos la experiencia como quien se bebe un chupito de whisky, intenso y de un trago. Es entonces cuando se te queda ese sabor amargo, porque ya se ha acabado, pero que a la vez te deja con ganas de más. Tantas ganas de más que pensamos que necesitaríamos una vida para conocer Formentera tal y cómo queríamos.
Tres meses después de nuestra primera y única visita a la Isla, ya estábamos instalados. Cuando las cosas tienen que ser, son. A pesar de las leyendas urbanas, no es tan difícil vivir en Formentera si te lo propones con empeño, como todo supongo…

Nos decían que el invierno era duro por lo solitaria que se queda la isla, pero que si aguantas más de dos años te quedas para siempre.
A día de hoy llevamos más de dos años, no sé si nos quedaremos para siempre, pero lo que sí sé es que siempre estaré vinculada a esta tierra, que los veranos son la pera, pero que en invierno emerge la verdadera intensidad de la isla. Es entonces cuando puedes experimentar que es verdad eso que dice esta frase tan trillada; que este es “el último paraíso del Mediterráneo”.
Concluyendo… que sí, que sí, que Formentera en verano es un 10, pero en invierno es un 11. A los que ya conocéis la isla pero sólo la de los meses de verano, en invierno encontraréis otra nueva que os cautivará. A los que todavía no han tenido la suerte de venir nunca, creo que si vienen por primera vez en invierno ganarán, por lo menos, 5 años de vida de todo lo bueno que se llevarán.